Ha sido galardonado con el Premio Cervantes el poeta chileno Nicanor Parra, que además es físico y matemático (¡casi nada!). Está considerado el creador de la "antipoesía", por desafiar a la tradición y acercar el lenguaje poético al cotidiano. Y es que no se considera un ser especial, un "alquimista" (en referencia al vanguardista Vicente Huidobro), por ser poeta, sino una persona como las demás.
Se dio a conocer en España no hace tanto, en 2001, criticando la sociedad de consumo y la globalización en la exposición "Artefactos visuales".
Sus obras son Cancionero sin nombre (1937), Poemas y antipoemas (1954), La cuesta larga (1958), Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), La camisa de fuerza (1968), Obra gruesa (1969), Antipoemas (1972), Sermones y prédicas del cristo de Elqui (1977), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983) , Hojas de Parra (1985), Páginas en blanco (antología de 2001) , Discurso de sobremesa (2006) u Obra completas+&algo+" (2006).
No os perdáis el especial que ha preparado RTVE sobre LOS PREMIOS CERVANTES (recordad que Delibes, al que muchos leéis en el instituto, también recibió este galardón). Os dejamos aquí, para que disfrutéis, "Autoretrato". :
Considerad, muchachos,
Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.
En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!
Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.
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